Ramón Antonio Pérez, Caracas, 8 de noviembre de 2015.- El Año de la Misericordia convocado por el papa Francisco y que inició este 8 de noviembre (Fiesta de la Inmaculada) con la apertura de la Puerta Santa en El Vaticano, también tendrá su réplica en la Arquidiócesis de Caracas, cuando el domingo 13, a las 12 del mediodía, el cardenal Jorge Urosa Savino igualmente abrirá la Puerta Santa en la catedral metropolitana de esta ciudad.

Monseñor José Trinidad Fernández, es el presidente de la comisión organizadora del Año Jubilar en la arquidiócesis de Caracas, y junto a los demás obispos auxiliares acompañará al cardenal Urosa en la actividad en la que también asistirán los nuevos integrantes del consejo presbiteral y el clero de la arquidiócesis.

Se conoció que posterior a la actividad inaugural, el 27 de diciembre se realizará el Jubileo de la Misericordia en cada parroquia, donde también harán aperturas de la Puerta Santa. El programa se cumplirá a lo largo de 2016 con una serie de actividades vinculadas a las áreas de pastoral y en cada una de las parroquias que conforman a la Iglesia caraqueña. El cierre está previsto para el 20 de noviembre de 2016.

La belleza de la Fe

Monseñor Adán Ramírez, explicó mediante un trabajo de investigación que “el Jubileo tiene el objetivo de recordar a cada uno la belleza de la fe, que posee en su centro el amor misericordioso del Padre hecho visible en el rostro de Cristo sostenido por el espíritu, que guía los pasos de los creyentes en las vicisitudes de la historia”.

Indica que el Jubileo vuelve a proponer la fuerza de la misericordia de Dios “como vía principal para dejarse reconciliar con el Padre y para redescubrir con urgencia la solidaridad, del amor y del perdón entre los hermanos”.

Relata que los signos del jubileo son la peregrinación, la puerta santa, la profesión de fe y la caridad. Menciona que las Obras de Misericordia Corporales, son: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos y enterrar a los difuntos. Mientras que de las Obras de Misericordia Espirituales, son: ser vigilantes, tener espíritu conciliador y orar.