«Con entusiasmo, monseñor Enrique Parravano, se entregará a anunciar la Palabra de Dios; a evangelizar a los pobres con la palabra y el testimonio; a santificar el servicio como guía y pastor del pueblo de Dios en unión de los otros obispos auxiliares de Caracas y conmigo, formando así un equipo fraterno y compacto de servicio episcopal”.

Así describió el cardenal Jorge Urosa Savino, las tareas que asumirá el nuevo obispo auxiliar de Caracas, monseñor Enrique José Parravano Marino, tras recibir la ordenación episcopal por la imposición de sus manos, durante una ceremonia que presidió este 9 de julio en el Templo Nacional Don Bosco de Altamira.

De hecho, según dijo “su espíritu de unidad y bondad al servicio del pueblo de Dios en la Iglesia de Caracas por muchos años”, además de “estar adornado de muchas otras virtudes y cualidades”.

Recordó que “los obispos estamos llamados a entregarnos con ardor apostólico por el bien de todos los fieles y especialmente de los pobres”.

En continuidad con su voz de pastor y profeta, denunció la situación de Venezuela, en la que “vivimos una situación vergonzosa, de padecimientos, escasez y encarecimiento progresivo y permanente de alimentos, medicinas y de muchos otros artículos de primera necesidad”.

Retomando la personalidad de su nuevo obispo auxiliar, el cardenal Urosa resaltó los más de treinta años de vida sacerdotal de monseñor Parravano, quien nació en Turmero el 8 de noviembre de 1955 y fue consagrado sacerdote el 14 de enero de 1984, por monseñor José Vicente Henríquez.

Entre los asistentes estuvo como invitado especial, monseñor Luis Antonio Secco, obispo de Willenstad (Curazao), quien junto a monseñor Fernando Castro Aguayo, obispo de Margarita, acompañó al cardenal Urosa durante la ceremonia. Parravano ocupará la Zona Pastoral Este de Caracas.

Por Claudio