Monseñor Antoine Audo, obispo católico de Alepo, ha viajado a Madrid invitado por la Fundación Promoción Social de la Cultura para poder hablar de la difícil situación que vive Siria en la actualidad.

El testimonio del obispo ha servido una vez más para concienciar lo difícil que está siendo vivir hoy en día en esa parte del globo terrestre ya que según reconoce, “los últimos diez días antes de la tregua fueron horribles”.

“Los yihadistas de Daesh atacaron la única ruta abierta con Alepo, e impidieron la llegada de comida a la ciudad”, reconoció Antoine Audo .

No obstante, tal y como advierte, en este momento “Alepo está partida en dos” ya que según cuenta “la parte oeste está en poder del Gobierno, y la este, semidestruida por los bombardeos, está controlada por un mosaico de grupos rebeldes que tienen por denominador común el islamismo extremista que manipula la religión para llegar al poder”.

Pese a ello, la tregua alcanzada durante los últimos días ha servido para alumbrar un poco de esperanza a los dos millones de supervivientes de Alepo aunque las cosas no son fáciles para sus habitantes y más cuando parece que la guerra responde a más intereses y jugadores que los que hay en Siria.

“Hay un contexto regional, muy importante, con los dos antagonistas, Arabia Saudí e Irán, uno suní y el otro chií. Y hay un contexto internacional, en el que se enfrentan Rusia y EE.UU. Para nosotros no se trata de una guerra ideológica sino económica y estratégica”, reconoce el obispo.

Todo ello, aún complica más si cabe la vida de los cristianos ya que, tal y como admite el representante católico de la iglesia, “antes de la guerra éramos unos 260.000, católicos y ortodoxos y ahora han quedado unos 50.000 cristianos”.