P.- Su ponencia abre los Puntos de encuentro diocesanos, dirigidos especialmente a los laicos. Tomando el título de su ponencia ¿A qué nos referimos cuando afirmamos que es la hora de los laicos?En la ponencia que daré el sábado hablaré de la hora, pero sobre todo de la ola de los laicos. Rainiero Cantalamessa (predicador de la Casa Pontificia) en sus meditaciones de Adviento en la casa Pontificia, habla de distintas olas de evangelización en la Iglesia, y cómo de lo que toca ahora, en el siglo XX ? XXI  es una ola protagonizada por los laicos. Hablare de este momento; también para renovar el lenguajeP.-Desde el Concilio Vaticano II se habla mucho de el momento de los laicos en la Iglesia pero, en algunos momentos, la situación no parece haber cambiado hace siglos… Creo que sí, han cambiado. El Concilio Vaticano II introdujo y dió un impulso nuevo al laicado e hizo que surgieran realidades que no existían antes, como los movimientos, que en algunos lugares ya se preconizaban pero que el Concilio les da el empuje definitivo y hace que todo esto vaya adelante. En ese sentido han cambiado mucho las cosas, por otra parte, lo que no ha cambiado mucho quizás, son las estructuras pastorales. Seguimos viviendo en unas estructuras muy parecidas a lo que era hace 10, 20 o 30 años y esto, desde luego que es fruto de una mentalidad que la Iglesia nos está llamando a cambiar, ahí si se puede decir que hay mucho cambio por delante.P.- …pero ¿hay una conciencia de apostolado real entre los laicos católico o nos limitamos a «ver pasar» iniciativas, años jubilares….etc?Se puede decir que la hay, lo que quizás falta es conciencia de apostolado más ?corporativa? de la parroquia entera. Muchas veces hay muchas iniciativas, grupos? etc, ?emprendimiento? por parte de la Iglesia, pero falta la conciencia de comunidad evangelizando y la evangelización como centro de la comunidad de la que tiene que salir todo. esto sí que sería un gran cambio. Tiene que ver con estar en modo de misión, o configurarse en torno a la misión y no al mantenimiento.Es verdad que, a veces, en la Nueva Evangelización nos estamos conformando con cumplir con la iniciativa de turno, o un método;  pero pocas veces estamos estableciendo procesos. Una cosa es hacer acciones y otra muy distinta establecer procesos; y lo que cambia todo son los procesos, no las acciones puntuales. Cuando se habla de un cambio de estructura pastoral, como se decía en Aparecida, se hablaba de ese proceso de cambiar la Iglesia.P.- En algunos momentos puede parecer que está falta de implicación tiene mucho que ver con que hay ciertas personas «de referencia» que siguen sin «fiarse mucho» de los laicos, su trabajo y su compromiso pastoral ¿como cambiar esta mentalidad?El papa Francisco ha hablado mucho del peligro del clericalismo dentro de la Iglesia y, ciertamente, uno de los frutos mal entendido del Concilio Vaticano II ha sido el de ?clericalizar? a los laicos. Desde ese punto de vista, falta algo, cuando se permite a los laicos hacer algo que no abraza plenamente su corresponsabilidad bautismal o que les aparta de lo que es su misión propia, porque se les hace trabajar en lo que pertenece a los clérigos y por lo tanto, esa no es la respuesta. ¿Qué se puede hacer? Creo que la parroquia como comunidad que se pone en marcha y que se pone a evangelizar y que adopta el Primer Anuncio y tras él empieza a transitar por caminos de discipulado, por necesidad ha de cambiar esas dinámicas. No es un problema de que el cura no llegue a todo sino un problema de coherencia cristiana y de coherencia de comunidad. ¿Qué ocurre cuando una comunidad se echa a andar y el sacerdote la impulsa con su liderazgo? Que los laicos despiertan y no solo despiertan sino que crecen y la comunidad crece? por tanto creo que las recetas, más que las teóricas o reivindicativas, es ?arremangarse?, ponerse a trabajar, y hacer una experiencia genuina de Nueva Evangelización que empiece por el primer anuncio, que reconfigure parroquias y reordene las cosas de tal modo que la gente pueda desarrollar sus carismas bautismales.P.- Usted se refiere muchas veces, como el Papa Francisco, que hemos de pasar de una Iglesia «de mantenimiento»  a una Iglesia misionera, ¿Como articular ese cambio?La respuesta de libro es el cambio de las estructuras pastorales; el sistema en el que vivimos es un sistema que busca la santificación y parte de un presupuesto: la cristiandad y que funciona en clave de mantenimiento de la fe de las que ya la tienen; con lo cual si se quiere pasar a un sistema misionero que no se trate de mantener si no de provocar la fe en las personas, de provocar este primer paso y reconstruir comunidades, hay que ponerse en marcha: buscar, ver lo que está ocurriendo, escuchar también lo que la Iglesia nos está diciendo, y si hemos escuchado, adoptar un método práctico que tenga estos ingredientes y podamos caminar para realizar esa conversión pastoral. Nosotros proponemos Alpha, pero hay muchos caminos, para visualizar esta nueva manera de relacionarse la Iglesia y ser una comunidad evangelizadora? creo que en esto las teorías ayudan solo hasta un cierto punto. En Londres, en la Iglesia de donde yo vengo se habla de cómo el primer anuncio ha modelado la teología de toda la parroquia, esto me encanta porque es que el hecho cristiano sale de ahí, del primer anuncioy a partir de ahí vamos construyendo la comunidad.P.- ¿Que ha de cambiar y que hemos de cambiar interiormente  para realizar este paso?Santidad, inteligencia y también, obediencia, estar dispuestos a fiarnos de esta ola, esta llamada que hace Dios, de lo que pide la Iglesia y hacerlo con todas las consecuencias.P.-Por último y ante todo lo que vemos diariamente a nuestro alrededor y en nuestras comunidades parroquiales ¿Hay motivos para la esperanza?Veo mucha gente poniéndose en movimiento, parroquias que lo intentan, unas fracasan, otras tienen éxito y desde luego veo una Iglesia que quiere buscar. Claro que las hay, también en muchos otros sitios. Están pasando cosas y esta ola de la Nueva Evangelización está sucediendo aunque haya mucho que caminar y también cosas que preocupan. Una nueva iglesia está naciendo, referenciada a la primera Iglesia de los Apóstoles, del primer anuncio. Pero ya lo dijo el Señor, que para dar fruto la viña «ha de ser podada». 

Fuente original: http://www.obispadodecadizyceuta.org/noticia/hemos-fiarnos-esta-llamada-hace-dios-pide-iglesia-hacerlo-con-todas-consecuencias

Por Prensa