VALENCIA, 2 OCT. (AVAN).- El Arzobispado de Valencia, a través del Secretariado de Pastoral Penitenciaria (SEPVAL) y con la colaboración del Ministerio del Interior, ha puesto en marcha el proyecto de acogida para mujeres “Antonia María de la Misericordia”, una casa hogar en la capital del Turia que tiene como finalidad la reinserción social de mujeres que obtengan el tercer grado.

Asimismo, la inversión inicial para el acondicionamiento de la casa y el equipamiento básico ha sido aportada por el Arzobispado “que ha asumido este proyecto como propio con motivo del Año de la Misericordia, convocado por el papa Francisco”, según indica Víctor Aguado, director de SEPVAL, a la agencia AVAN.

El objetivo “es conseguir una reinserción real y humana a la vida en libertad de las mujeres clasificadas en tercer grado penitenciario, cuando han cumplido tres cuartas partes de su condena, y en este proceso es muy importante que el contacto con el exterior se realice de forma paulatina”, según Aguado, que además vive en la casa hogar con su mujer y su hija.

De esta forma, gracias a la estancia en este hogar, que abrió sus puertas el pasado mes de agosto, “las usuarias pueden adaptarse poco a poco a la vida en libertad”, ha explicado el responsable de Pastoral Penitenciaria, que ha asegurado que “la privación de libertad prolongada en prisión produce a las mujeres efectos negativos, como desarraigo familiar y desubicación”.

“Estamos como en casa, la convivencia es mejor que en la cárcel”

En este hogar, que es el primero que gestionan de forma conjunta el Ministerio, a través de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, y el Arzobispado, hay plazas para 15 internas, de las que actualmente están cubiertas 12, “en régimen de semilibertad y cerca de su entorno social, mientras terminan de cumplir sus condenas”.

Además de favorecer la integración inicial en la sociedad, el proyecto también busca “proporcionarles formación y favorecer su socialización” por lo que la convivencia se complementa con la terapia ´Ser mujer`, del Ministerio del Interior, que desde este mes de octubre se realizará dos días a la semana, y está previsto ir incorporando otras actividades formativas y lúdicas.

Según las propias usuarias, “la convivencia es mejor que en la cárcel, aquí estamos como en casa, hay mucho apoyo y se vive de otra manera”, han expresado, en el que una de ellas ha reconocido que gracias a la terapia en la casa hogar “me he dado cuenta de que la vida no es como nosotras la veíamos, la vida es otra y es maravillosa”.

Las usuarias, que duermen en habitaciones compartidas, “hacen su vida fuera de la casa entre las 7 y las 22 horas”, algunas con responsabilidades familiares y otras con estudios o trabajo. A las 22 horas “tienen que estar en la casa, aunque muchas acuden antes de la hora de la cena”, y entre las 23 y las 7 horas “un dispositivo telemático de Instituciones Penitenciarias controla que estén dentro del perímetro de la casa”.

Este hogar para mujeres, que ha sido cedido al Arzobispado por las Oblatas del Santísimo Redentor, se suma a los tres proyectos para hombres que hay en marcha en la diócesis y que ofrecen 26 plazas. (AVAN)

(Pie de foto. Imágenes 1 y 2: El grupo de internas en la casa hogar junto con el director de SEPVAL, Víctor Aguado. Imagen 3: Dispositivo telemático que deben llevar las internas.)

Fuente original: http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=14411&pagina=1

Por Prensa