Después de seis días intensos por los Estados Unidos de América, el Papa Francisco puso fin a una gira que le ha llevado a recorrer desde las calles de Nueva York a las calles de Filadelfia o Washington.

No obstante, pese a que el Papa no ha parado prácticamente ni un momento para descansar, el máximo representante de la Iglesia no ha dudado en reconocer antes de subir al avión que le devuelva a Roma que “los días se me han hecho cortos”.

Y es que, el argentino parece haber disfrutado una vez más de los millones de católicos que han acudido a su encuentro para escuchar su mensaje, un mensaje de unidad familiar y de alabanza al Señor.

Con el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, el Pontífice puso fin a una gira que ningún américano olvidará puesto que además cabe recordar que ésta ha sido la tercera vez que un Papa visita el país americano.

No obstante, antes de marcharse, el Papa no dudó en mandar un mensaje a la sociedad americana recordando que “ruego al Señor para que ustedes sean administradores buenos y generosos de los recursos humanos y materiales que les han sido confiados”.

Pero también tuvo palabras para bendecir al país, algo muy habitual en el ambiente norteamericano.

«Les pido, por favor, que recen por mí. Que Dios los bendiga. ­Que Dios bendiga a América!», dijo el argentino antes de subirse al avión que lo lleve de nuevo a Roma.