El Papa Francisco recordó una vez más este domingo el sufrimiento que padecen miles de sirios después de presidir el Regina Coeli tras la Santa Misa por el Jubileo de los Adolescentes, en la Plaza de San Pedro.
El máximo representante de la Iglesia católica no dudó en acercarse con sus palabras a la difícil situación que viven personas inocentes que están viendo como la guerra las he quitado sus sueños y su paz.
Por todo ello, el Papa Francisco reconoció una honda preocupación “por los hermanos obispos, sacerdotes, religiosos, católicos y ortodoxos secuestrados desde hace mucho tiempo en Siria”.
Y es que, tal y como reconoció, sólo espera que “Dios misericordioso toque el corazón de los secuestradores y conceda cuanto antes a nuestros hermanos ser liberados y poder regresar a sus comunidades”.
Para ello, el argentino también pidió las oraciones de los presentes haciendo extensivo estas peticiones a “otras personas secuestradas en el mundo”.