El Año de la Vida Consagrada convocado por el Papa Francisco desde el 30 de noviembre de 2014 y que culminó este 2 de febrero con una eucaristía en Roma, también tuvo su expresión en Venezuela, y después de intensos momentos de reflexión y compromisos personales y comunitarios asumidos, clausuró con un congreso el pasado 30 de enero, en el colegio “Santa Teresita de Niño Jesús” de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, en Caracas.

¿Qué deja el Año de la Vida Consagrada en Venezuela?

Según la Hermana Judith Castillo, Superiora de las Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús y presidenta de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Venezuela (CONVER), “los religiosos y religiosas nos hemos sentido muy motivados para experimentar un cambio profundo en nuestras vidas”.

“Todo ello es consecuencia del llamado que nos hizo el Papa Francisco a que profundicemos nuestra consagración, y a que vivamos de una manera alegre, honesta, sencilla y radical los compromisos propios de esa entrega a Dios”. admitió.

No obstante, tal y como reveló este año ha tenido mucha importancia para cada uno de ellos y sus congregaciones puesto que según recordó “hay un mensaje central que nos ha marcado: el Santo Padre nos envía a trabajar entre los más pobres”.

“El Papa nos pide que la vida consagrada sea pobre porque damos una imagen de que somos ricos, que tenemos grandes colegios, buenos carros”, agregó la Hermana Judith. .

De hecho, la Superiora considera que el mensaje y testimonio de Francisco, “nos pide, nos impulsa a que el mundo nos vea estando presentes entre los pobres» por lo que tal y como explicó «eso, ha hecho que muchas comunidades religiosas haya sentido este llamada como una manera de salir al encuentro con el hermano”.