La Peregrinación diocesana a Guadalupe por parte de los jóvenes de Córdoba es un referente en la vida de la Iglesia en nuestra diócesis. Es preparada con ilusión, es celebrada con entusiasmo, deja grandes frutos de conversión y de orientación de la vida cristiana de los jóvenes. Este año se cumplen 27 años de esta acción pastoral, que ha estado mermada por la pandemia, pero no se ha suprimido nunca.

 

Muchos matrimonios se fraguaron y consolidaron en este camino a Guadalupe, muchas vocaciones sacerdotales han vivido una experiencia de Iglesia como Pueblo de Dios peregrino en esta peregrinación año tras año. Han surgido vocaciones a la vida religiosa, y no nos faltan testigos que caminan con todos estos jóvenes para mostrarles la belleza de una vida entregada a Dios totalmente.

Este año nos encontramos saliendo de la pandemia, que nos ha retenido en nuestra expresión de fe normalizada, y con el impulso dado por el Papa Francisco a partir de su carta Christus vivit -Cristo vive y te quiere vivo- y en el horizonte cercano de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa 2023.

La Iglesia es joven, la Iglesia está viva, la Iglesia da esperanza y sentido a la vida del hombre. Los jóvenes encuentran en la Iglesia apoyo, escucha, crecimiento en la fe, esperanza, compromiso de vida entregada. Guadalupe no lo es todo, pero es un estímulo importante en la pastoral con jóvenes para la diócesis de Córdoba.

María recibió la misión de ser madre de Dios y tuvo noticia de la situación de su prima Isabel. María se levantó y partió sin demora, para ayudarla y compartir con ella la alegría de la salvación. María no quedó ensimismada acariciando los dones de Dios en ella, sino que se puso en camino para ayudar a otros, compartiendo lo que ella había recibido.

María se convierte así en icono de la vida cristiana, que consiste en recibir la gracia de Dios continuamente para compartir con los demás lo dones recibidos. María realiza esta misión con diligencia, es decir, con amor y con prontitud. El amor no conoce la pereza, el aplazamiento. El amor es estímulo para la entrega sin reservas. Queda así anticipado el tema de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que lleva este mismo lema y quiere suscitar en todos sus participantes las mismas actitudes de María, al recibir el don de Dios y compartirlo con los demás.

Que los jóvenes que peregrinan a Guadalupe aprendan de María esta diligencia en el obrar con amor y con prontitud. Un joven, nos recuerda el Papa Francisco, no puede ser un jubilado de sofá. Un joven tiene la preciosa tarea de transformar el mundo, una tarea preciosa por hacer. Y si se junta con otros muchos jóvenes en la misma tarea, la fuerza del amor es imparable para hacer un mundo nuevo, la nueva civilización de amor.

Todos a Guadalupe con el compromiso de seguir a María, que nos enseña a ser diligentes en nuestra vida cristiana. María se levantó y partió sin demora. Todos a la JMJLisboa 2023, preparando ese evento con ilusión y entusiasmo.

Acompañemos espiritualmente a nuestros jóvenes en este camino, ayudemos a disipar toda pereza, pongámonos en situación de cambiar el mundo. La Iglesia lleva en su seno a Jesucristo y su salvación, capaces de transformar toda realidad humana para llevarla a su plenitud

 

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

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Fuente original: https://www.diocesisdecordoba.es/carta-semanal-obispo/maria-se-levanto-y-partio-sin-demora-guadalupe-xxvii-2022

Por Prensa