VALENCIA, 14 OCT. (AVAN).- Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales, ha asegurado esta mañana en la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” que “el cuidado y desarrollo sostenible de la Tierra, especialmente respecto del agua y de los alimentos, es un tema de justicia social, y por eso se necesita una nueva ética que comprenda la dimensión de la ecología integral”, que propone el Papa Francisco en la encíclica “Laudato si”.
 
El canciller Sánchez Sorondo ha centrado su intervención en la segunda sesión del I Congreso Internacional “Pobreza y Denuncia sobre la destrucción de alimentos. Hambre en el mundo y alimentos emergentes: por una Nueva Humanidad” en el “mensaje sustancial” de dicha encíclica sobre el cuidado de la “casa común”.
 
En este sentido, ha subrayado que “tenemos que respetar y desarrollar la Tierra de acuerdo a sus posibilidades reales porque si no es como un boomerang que va en contra del hombre mismo”.
 
Igualmente, ha asegurado que el problema del hambre en el mundo está relacionado con el del clima, porque “una de las consecuencias inmediatas del cambio climático es que aumenta la pobreza”. “También para la seguridad alimenticia es necesario cambiar el problema del clima”, ha añadido.
 
Sánchez Sorondo ha reconocido que la encíclica “ha tenido mucho eco sobre todo en los estratos de líderes sociales, en las Naciones Unidas, en economistas y sociólogos y en la opinión de los pueblos asustados por el cambio climático”. El filósofo y teólogo argentino ha propuesto que en las universidades haya “cátedras que estudien el clima”, así como que en las escuelas se imparta información a los jóvenes sobre estos temas”

El premio Nobel Werner Arber reflexiona sobre el impacto de la ciencia y la tecnología

En el congreso ha participado hoy también otro de los firmantes del manifiesto a favor de los alimentos transgénicos, el microbiólogo suizo Werner Arber (Gränichen, 1929), premio Nobel de Medicina en 1978, que ha reflexionado acerca del impacto de la ciencia y la tecnología en la evolución cultural de la humanidad.
 
Para realizar un dibujo de dicha influencia, Arber ha estructurado su conferencia en torno a la historia y desarrollo del campo que domina y que le granjeó el reconocimiento de la Academia Sueca, la genética. Con toda una vida profesional a sus espaldas dedicada a la investigación, el científico suizo ha asegurado sentirse “absolutamente impresionado” por el funcionamiento de la naturaleza, que es “inteligente e inventiva” y corrige “sus propios errores” a través de la evolución.

“El conocimiento del ser humano acerca de los mecanismos de funcionamiento de la naturaleza supone una responsabilidad al evaluar nuestro impacto en ella. En unos pocos siglos podríamos destruir nuestro planeta. Impidámoslo, que la sociedad humana perdure al menos 10.000 años más”, ha remarcado.
 
Por otro lado, Arber ha aseverado que, en su opinión, el primer capítulo del Libro del Génesis es la “primera publicación científica” de la historia de la humanidad: “Se puso por escrito lo que durante generaciones se había transmitido de manera oral como una revelación divina. En él existe una reflexión fundada en la observación y el razonamiento que la sigue. En ella vemos la lógica de una creación (primero el agua, luego las plantas, luego los animales y al final, el ser humano) que sigue los pasos de la evolución”.
 
El Nobel de Medicina ha finalizado su intervención en el encuentro internacional de la UCV recordando que la naturaleza “pone ejemplos a seguir, como se hace en genética”; así, en su propia vida, él sigue el ejemplo de Jesucristo y trata de imitar sus actitudes. (AVAN)

Fuente original: http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=14479&pagina=1

Por Prensa