Svitlana Soich, refugiada ucraniana: “Lo importante en la vida es la familia unida”

Svitlana Soich nació en la ciudad de Kovel, Ucrania, en 1989. Esta economista, que se quedó viuda, llegó hace ocho meses llegó a Sevilla con sus tres hijos: Glib (11 años),  Zlata (9) y Vlad (6). Huyendo del conflicto bélico desatado en su país, subió a un autobús organizado por la Hermandad de Santa Marta en la frontera con Hungría y, cuatro días después inició una nueva vida lejos de los bombardeos.

“Cuando la vida se pone muy difícil y no sabes cómo afrontar la realidad, lo primero es hacer oración y así lo hago. Somos una gran familia y he comprendido que no estoy sola. Tenemos mucha ayuda y mucho apoyo”. Svitlana, o Lana, como es llamada en Sevilla, agradece el respaldo y la acogida que ha recibido por la Iglesia desde su llegada.

Cada fin de semana íbamos a la iglesia, a las fiestas y celebraciones religiosas ucranianas. “Los cristianos ortodoxos tenemos mucha relación con los católicos. Cuando entramos a la iglesia de Santa Marta nos sentimos en casa, yo estoy feliz porque hay gente que se preocupa por nosotros”.

La complejidad de la migración

“Cuando quieres todo es posible. El pasado es pasado, me ocupo en el futuro”, reconoce Lana. “Resulta que un día tienes todo: Casa, coche, trabajo y, de repente, otro día, no tienes nada, estás descolocado y desubicado”.

De la dureza de esa experiencia advierte “que lo importante en la vida es la familia unida”. Resulta dramático ser consciente “que no puedes vivir con tanques en la calle, mientras tu ciudad está siendo bombardeada. El primer día no comprendes nada, al inicio la migración es muy difícil, especialmente para los más pequeños, que viven aterrados ante cualquier ruido extraordinario”.

La primera palabra que aprendieron a pronunciar en su familia fue ‘gracias’. “Hay mucha gente preocupada por la salud de mi familia, por el bienestar de los que se encuentran en Ucrania y nosotros no tenemos otra palabra que no sea gratitud. Los sevillanos tienen un corazón muy grande. Sin las personas que nos han acogido no sabríamos cómo afrontar esta realidad”, añade.

Navidad

“Quisiéramos volver a Ucrania cuando termine la guerra. Nos llena de mucha nostalgia no compartir la Navidad con nuestra familia, porque la Navidad es celebrar en familia todos felices porque ha nacido el Salvador, la estrella que nos ilumina. En Ucrania será muy difícil porque no habrá luz, ni buenas conexiones telefónicas y seguramente un frío de -18 grados”.

Svitlana vivirá los días de Navidad con sus hijos, junto a otra familia ucraniana. “Dios siempre sabe más y sabe qué es lo más conveniente para nuestra vida. Un día comprendes que en la vida es importante otra cosa, que el valor de la vida está en otro lado y aprendes a vivir el ahora, el hoy. Cuando Dios está en tu vida comprendes que todo es posible”, expresa.

“La guerra es la guerra, no podemos ocultarla. Sin embargo, eso no impide tener siempre un buen y gran corazón para enseñar a los niños que lo primero es el amor”. Tras ocho meses viviendo fuera de su tierra ha asumido que se tiene que “acostumbrar a otra vida, guiada por la oración, la vida de piedad y el amor a los demás”.

 

Fuente original: https://www.archisevilla.org/svitlana-soich-refugiada-ucraniana-lo-importante-en-la-vida-es-la-familia-unida/

Por Prensa