VALENCIA, 6 JUL. (AVAN).- El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, viaja este miércoles a la ciudad italiana de Saluzzo, para participar en un encuentro internacional de las Comunidades del Cenáculo, grupos terapéuticos de sanación que tratan de recuperar, a través de la oración, la vida evangélica en fraternidad y el trabajo, a jóvenes con problemas de adicciones, familiares, psicológicos, o de falta de sentido en sus vidas o simplemente discernir su camino en la vida.

En el encuentro, denominado “Fiesta de la Vida”, que se celebra del 7 al 10 de julio, participan las familias de jóvenes valencianos que se encuentran actualmente residiendo en comunidades del Cenáculo fuera de España, con las que se reunirá, igualmente, el Arzobispo.

Junto al Cardenal, que pretende “conocer más de cerca la Comunidad del Cenáculo, invitarles a que vengan a Valencia y promover comunidades de este tipo de fraternidades en la diócesis”, también viajarán tres sacerdotes valencianos, según han indicado hoy a la agencia AVAN fuentes del Grupo de Oración de Padres del Cenáculo en Valencia.

En la actualidad, en la diócesis valentina existen tres grupos de oración en tres parroquias, “que se reúnen cada mes para rezar por los jóvenes que tienen adicciones, entre otras problemáticas”, aunque no dispone de comunidad.

No obstante, además de los jóvenes en Valencia que pertenecen a comunidades del Cenáculo, también hay otra decena de ellos que residen en las dos fraternidades existentes en España: la “Fraternidad Sagrado Corazón de Jesús” de Fogars del Monclús (Tarrasa) y de la “Fraternidad Nuestra Señora de Misericordia” de Cornudella del Monsant (Tarragona).

“Han sido muchos los jóvenes de la diócesis que a lo largo de los años han pasado por la Comunidad, y este paso ha cambiado sus vidas de forma radical pasando de una situación de total oscuridad a una de luz en la fe”, han añadido las mismas fuentes. La Comunidad “no plantea un camino fácil, es exigente, pero es la exigencia la que te lleva a salir de las tinieblas a la luz; algunos de ellos son padres de familia en la actualidad”.
 
La “Fiesta de la Vida”, que pretende ser una “acción de gracias y alabanza a Dios por la recuperación de tantos jóvenes”, contará con la participación de cerca de 10.000 personas, entre jóvenes, padres, familias, religiosos y sacerdotes, procedentes de las casas de distintas comunidades y de distintos países de Europa (Portugal, Irlanda, Inglaterra, Francia, Austria, Polonia, Italia, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia y Bosnia-Herzegovina), además de Brasil, EEUU (Alabama y Florida) y Liberia (África) entre otros, han añadido.

El encuentro se celebrará en la colina de Saluzzo, Italia, donde se encuentra la Casa Madre de la Comunidad del Cenáculo, e incluirá catequesis, celebraciones eucarísticas, adoración eucarística, la exposición de testimonios y la realización de musicales bíblicos.

Modo de curación, “Ora et labora”

El “modo de curación” de la Comunidad del Cenáculo se basa en el denominado “Ora et labora” (oración y trabajo), a través de la Adoración Eucarística y la oración, la vida en fraternidad, el acompañamiento de voluntarios y familias, y la ayuda de otras personas que han pasado por el mismo proceso de rehabilitación, según las mismas fuentes.

Actualmente, hay jóvenes, tanto chicos como chicas, de la Comunidad Valenciana que residen en distintas fraternidades a lo largo del mundo y también en las dos casas que la Comunidad del Cenáculo tiene en España “aunque, a lo largo de su proceso de curación y de reconstrucción de sus vidas, van recorriendo distintas fraternidades repartidas por todo el mundo, por lo que los chicos hablan perfectamente italiano y otros idiomas”, han añadido.

La vida comunitaria “alterna momentos de trabajo y de oración, de hecho trabajan en las propias casas rezando el Rosario, con el objetivo de descubrir los valores de la amistad, la verdad, el amor al otro, el esfuerzo personal y el sacrificio”. Así, la comunidad pretende “no sólo ser un lugar de recuperación y de asistencia social, sino una escuela de vida, en la que reencuentran su propia dignidad, paz y alegría por seguir viviendo”, han añadido.

La Casa Madre de la Comunidad del Cenáculo se encuentra sobre la colina de Saluzzo, una ciudad en la provincia de Cúneo (Piamonte), en el noroeste de Italia y actualmente, está presente en 18 países.

Como la Obra se desarrolló internacionalmente después de su fundación, la Comunidad del Cenáculo fue reconocida por el Pontificio Consejo para los Laicos de la Santa Sede como Asociación Internacional de Fieles en 2009, dentro de la que nació también otra Asociación Pública de Fieles diocesana orientada a la vida religiosa femenina, denominada “Hermanas Misioneras de la Resurrección”.

Igualmente, a la Comunidad pertenecen también sacerdotes, hermanos y hermanas consagradas, familias misioneras, matrimonios (todos ellos nacidos de jóvenes que pasaron por la Comunidad), e integra varios grupos como el de padres, que también se implican en el proceso de rehabilitación social de sus hijos y en la metodología de trabajo, y los colaboradores llamados “Amigos del Cenáculo”.

“Los jóvenes con este tipo de problemas o las familias que detectan que la relación no va bien, pueden ponerse en contacto con los sacerdotes de sus parroquias, con religiosos o religiosas que les ayudarán a discernir el camino más adecuado a su problema, y en el caso que consideren que éste es la Comunità Cenacolo, les pondrán en contacto con los padres encargados de la acogida de los jóvenes para que vayan iniciando el camino de entrada a la comunidad”, según las mismas fuentes.

La Comunità Cenacolo dispone de una página web en distintos idiomas, entre ellos el español, que informa de quiénes son, cuál es su carisma, dónde están y cómo viven, así como los tfnos de contacto nacionales: www.comunitacenacolo.it (AVAN)

Fuente original: http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=14090&pagina=1

Por Prensa