Este miércoles 20 de julio a las nueve de la mañana se celebró una eucaristía con motivo del Día Nacional de Colombia en la iglesia Catedral de San Cristóbal, oficio religiosos que estuvo presidido por el Obispo Diocesano, Mario del Valle Moronta Rodríguez, quien contó con la compañía del presbítero Ricardo Casanova.

En la eucaristía estaban presentes la cónsul de Colombia en San Cristóbal, doctora Cecilia Palacio Torrado; el vice-cónsul, el doctor Juan Diego Franco junto a varios miembros del Consulado de Colombia en San Cristóbal y se contó también con la compañía de la secretaria de gobierno del estado Táchira, la doctora Mirian Febres.

Monseñor Mario Moronta durante su homilía resaltó que la Palabra de Dios ha sido sembrada en el corazón del hombre y que los frutos de la palabra son: la paz, la justicia, la solidaridad y la fraternidad. Luego recordó que el Señor nos ha elegido desde antes de nacer para una misión específica, lo que implica que el hombre y la mujer debe evangelizar siempre con su vidas en el lugar donde se encuentre. A todos los presente los invitó también a siempre estar vigilantes en relación a la siembra, cuidado y cosecha de la Palabra de Dios en cada una de sus vidas. También el Obispo reconoció que Venezuela siempre ha apoyado y acompañado a Colombia en el camino de la paz e indicó: “la paz de Colombia es la paz de Venezuela y la paz de Venezuela es la paz de Colombia”.

Manifestó también el Obispo que “es necesario que abran la frontera porque son países hermanos y a la larga el que sufre es el pueblo, especialmente los más pobres”.

“En Venezuela y Colombia no hay frontera sino integración, amor y fraternidad porque somos de la misma familia” enfatizó monseñor Moronta.

Después de la comunión, la doctora Cecilia Palacio Torrado, agradeció a todos los presentes y ratificó lo importante que es la paz para ambas naciones. Posteriormente monseñor Moronta felicitó a la colonia colombiana y agradeció a todos los presentes, a la vez de invitarlos a ser cristianos que promuevan la integración y la paz e impartió la bendición final.