VALENCIA, 15 SEP. (AVAN).- La congregación religiosa Jesús-María celebró ayer tarde una misa por el eterno descanso de Isabel Solá Matas, la misionera catalana de 51 años asesinada el pasado 3 de septiembre en Haití, perteneciente a la misma congregación, en la que religiosas, profesores, familias, alumnos y ex alumnos suyos de cuando dió clase en Valencia elogiaron “el gran regalo por su vida, su entrega y servicio total hacia los que más sufren”.

Centenares de religiosas, profesores y ex alumnos de Solá abarrotaron en el funeral la capilla del colegio Jesús-María, ubicado en la Gran Vía Fernando El Católico, 37, donde Solá dió clase después de estudiar Magisterio en Valencia.

La misa fue presidida por el vicario episcopal para la Vida Consagrada, el dominico Martín Gelabert, quien transmitió también un mensaje del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, de gratitud por el testimonio “cercanía y solidaridad” de la misionera asesinada, que vivió en Valencia seis años en los que estudió Magisterio y dio clases en el colegio Jesús-María.

Gelabert expresó que el Cardenal lamentaba enormemente no haber podido asistir y que trasladaba, además, su “compromiso constante de rechazo a toda violencia”. A continuación, la homilía de la eucaristía fue pronunciada por el director del Centro Arrupe de los jesuitas en Valencia, Ignacio Dinnbier que recordó, igualmente, la gran labor de Isabel Solá.

En el transcurso de la ceremonia, varias religiosas de la congregación en Valencia ofrecieron sus testimonios para destacar el ejemplo de la misionera, “su gran alegría y disponibilidad” y leyeron una carta escrita por la propia religiosa el pasado Sábado Santo “por si moría o le pasaba algo” . En su carta animaba a “no estar tristes por su muerte” porque era feliz con lo que hacía, dedicar su vida por Jesucristo.

En la iglesia también participó la superiora de la comunidad en Valencia y directora del centro, Inmaculada Tuset, quien conoció personalmente a la misionera, antes y después de su estancia en Valencia, y de quien destaca “su fe, su ayuda a los demás y su permanente sonrisa”. Además de la comunidad religiosa y educativa, participó también el vicerrector de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”, Ricardo García.

El colegio ha expuesto, además, “un mural con fotografías y frases de la misionera para que los estudiantes reciban una catequesis con el ejemplo de su vida y su presencia”, ha explicado.

Para la superiora de la comunidad, Solá fue “una traducción viva del carisma de nuestra fundadora Claudina Thévenet (1774-1837), basado en la preferencia por los más pobres y en la educación integral que permita hacer a las personas felices a través de la bondad”.

Más de diez años en Guinea Ecuatorial y ocho años en Haití

Isabel Solá, que fue abatida a tiros en un atraco el sábado 3 de septiembre en Haití, era diplomada en Enfermería e hizo su primera profesión de votos en la congregación Jesús-María en 1987. Un año después, con 23 años, se trasladó a Valencia donde vivió hasta 1994 “una etapa que dedicó a completar su formación religiosa, estudiar Magisterio en Edetania, dar clases en el colegio Jesús-María y ayudar a enfermos de Sida, entre otras labores”, ha señalado.

Después la misionera realizó su misión apostólica durante más de diez años en Guinea Ecuatorial y, tras un periodo de tiempo en un centro de menores de su ciudad natal, Barcelona, partió a Haití en 2008, donde permaneció hasta su muerte y donde vivió en primera persona el terremoto que asoló el país en 2010. (AVAN)

(Fotografías: A. Sáiz)

Fuente original: http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=14328&pagina=1

Por Prensa