Como cada primer viernes de mes, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, mantuvo una vigilia de oración con los jóvenes en la catedral. El encuentro de este viernes, además, dio comienzo a los actos preparativos de la fiesta de la patrona de Madrid, Santa María la Real de la Almudena. En su homilía, el cardenal electo comenzó agradeciendo a los jóvenes su presencia, «porque el Señor se vale de signos para que me siga fiando de vosotros». Entre otras cosas, dijo, «porque así lo hizo el Señor y porque vosotros demostráis y mostráis esa fidelidad a Jesucristo, e incluso a pesar del tiempo».
El arzobispo centró su disertación en tres palabras: morir, resucitar y anunciar. «El gran fracaso del hombre es morir», aseguró, «que se crea y crea que su fin termina el día que deja de respirar en este mundo». Que el ser humano crea, continuó, «que esto sea un fracaso y termine, y sea un absurdo la vida». Es «vivir desde sí mismo» lo que «nos lleva siempre el morir». Pero el Señor nos reúne aquí, señaló, «para decirnos que el hombre no tiene fracaso, que ha triunfado»; porque «este Dios se hizo hombre y venció a lo que es el fracaso del hombre, que es la muerte». Él resucitó y, frente a los saduceos, «les responde con otras palabras que no tienen nada que ver con la muerte: resucitar, resurrección».
El triunfo del hombre, señaló el prelado, está «en el triunfo de este Dios que hoy adoramos en el misterio de la Eucaristía» y «que se ha hecho hombre, igual que nosotros»; ese Dios «que ha pasado entre nosotros como uno de tantos, por todas las situaciones que un ser humano puede pasar, desde nacer en la pobreza más grande porque no le dejaban sitio en este mundo». Este Dios que «se ha hecho hombre», que «ha sido maltratado», que «ha sido descartado por muchos y, sin embargo, ha muerto por amor a todos», recordó. Alguien que «desea cambiar esta tierra y este mundo con vosotros, resucitando y regalándonos a nosotros su vida, su resurrección».
El prelado animó a todos a «vivir desde Dios, desde su amor, su entrega, su fidelidad, su servicio, su perdón; de la fuerza contagiosa que tiene el crear fraternidad, el crear y dar esperanza en este mundo». «Morir primero y resucitar: esto es lo que nos entrega Jesucristo», quien, además, «nos invita a anunciar a un Dios que es de vivos y no de muertos», a un Dios que «vive y que nos hace vivir». Porque vivir «es hacer posible que los otros que están a mi lado experimenten que se les ama, que se les quiere, que se les da vida». Y «creed en la resurrección», porque «negarla es negar la verdad del ser humano, negar la realidad viva de que todo ser humano es imagen y semejanza de Dios».
«El Señor os invita a desterrar el fracaso del hombre», expresó, «a acoger el triunfo del hombre que tenéis vosotros», porque «sois bautizados y tenéis la vida del Señor, tenéis en propiedad la resurrección de Cristo». Por ello, «vivid según la propiedad y la riqueza que tenéis en la entrega, en el servicio, en la donación, en el poner la vida a disposición de los demás». Adorad a este Dios, «dejad que entre en vuestro corazón, que ocupe vuestra vida», y «haced la revolución de la vida, de la resurrección, en la que cuentan todos los hombres sin excepción», concluyó.

Fuente original: http://archimadrid.org/index.php/oficina-de-informacion/noticias-madrid/item/88097-monsenor-osoro-a-los-jovenes-de-madrid-haced-la-revolucion-de-la-vida

Por Prensa